jueves, 24 de noviembre de 2016

martes, 22 de noviembre de 2016

VIAJA CON TU MASCOTA

¿A quién no le ha dado ganas de viajar con su mascota por el mundo? Para esto, es fundamental que sepamos varios consejos sobre subirnos a un avión con nuestros amigos... Lo más importante, es primero que nada, estar seguros de la salud de nuestra mascota, es decir, saber si tiene algún problema, principalmente auditivo; esto es, porque los aviones provocan mucha presión al subir y bajar en el aire. 
Además, hay que tener en cuenta que nuestra mascota tiene que ser trasladada en determinadas jaulas, cómodas, y con buena ventilación. 
Dependiendo la agencia en la que viajes, se verá si tu mascota puede ir en la cabina con todos los pasajeros, o si deberá ir en la bodega. No obstante, siempre que tu mascota supere los 8kg de peso (incluyendo la jaula), deberá necesariamente ir en bodega. 

Esperemos que la información les haya servido; les dejamos un link para que puedan ver los consejos que se dan más en profundidad.  




Viajar con tarjetas de crédito/débito.




Siempre que vamos a viajar empezamos a dudar sobre la importancia de llevar con nosotros o no tarjetas de crédito/débito. Es fundamental, tener en cuenta que el efectivo es, sin dudas, lo más importante a la hora de irnos a otro país, porque puede sacarnos de cualquier apuro; además, de ser lo básico para cualquier gasto pequeño que se quiera hacer, ya sea subirse a un taxi, ómnibus, ir al supermercado.
Pero, las tarjetas de crédito/débito, deben ser llevadas con nosotros, sin dudar. Como el efectivo nos saca de un apuro, la tarjeta también. UN DATO IMPORTANTE, no olvidar que para salir del país con nuestras tarjetas, HAY QUE AVISAR al banco que pertenezcan. Es decir, no podemos irnos de viaje sin hacer saber que nos vamos para poder utilizarlas. Se preguntarán la razón... está es, porque luego de realizar la primer compra, se bloquea automáticamente, como método de seguridad. Así que, es fundamental seguir este consejo. ¡NO LO OLVIDEN!

martes, 15 de noviembre de 2016

Ciudades donde está la mejor vida nocturna del planeta

Algunos trabajos con los que podrás conseguir dinero y siempre estar de viaje


  1. Ser blogger de viajes, puedes hacer tu propio sitio en Internet donde narrar tus propias experiencias de viajes. Si tienes muchas visitas podrás pedir publicidad y ganar dinero.
  2.  Trabajar como sobrecargo de aviación o azafata: Tanto hombres como mujeres pueden trabajar de asistentes. Su labor es sencilla pero hay que tener el valor para actuar de manera acertada en algún accidente o imprevisto. 
  3. Enseñar español en otros lugares, puedes aprovechar tu lengua natal y viajar por el mundo enseñando.
  4.     Trabajar en un crucero: Los embarcaciones transatlánticas funcionan gracias a muchas personas que trabajan abordo. Los empleos básicos son de lavaplatos, camareros o cocinero, tendrás dinero y una cama mientras viajas por el Caribe.
  5.  Fotógraf@, puedes serlo para eventos o profesionalmente. Para llamar la atención de alguien que está del otro lado el mundo tendrá que hacer un portafolio atractivo. Después las ofertas llegarán para viajar por el mundo con tu cámara.
  6. Barman, es una profesión universal y necesaria en todo el mundo. Además de  encontrar trabajo, podrás conocer la vida nocturna de lugares como Ibiza, Salamánca o el lugar que desses.
  7. Trabajar como Social Media Manager, si te gustan las redes sociales puedes conseguir trabajo llevando cuentas de diferentes marcar u empresas. El conocimiento en dicha materia es el mismo aquí que en China, así que no tengas miedo de viajar al otro lado del mundo y pedir trabajo.
  8. Conviértete en guía turístico, tendrás que conocer a detalle la historia del lugar donde ofrecerás tus servicios, pero es una gran idea para aprender mas y recorrer.
  9. Trabajar en un hostel u hotel, con  esta opción tendrás dinero y un lugar dónde dormir. Las actividades por lo general son de limpieza y de relaciones públicas, así que no es un trabajo complicado y tendrás tiempo de conocer lugares geniales. 
  10. Agente de viajes, es probable que la agencia esté en un lugar, pero por trabajar en el ambiente tendrás grandes descuentos e incluso viajes gratis.
  11. Escritor independiente, es muy parecido a ser blogger, con la diferencia que ya trabajarás para una empresa consolidada. 
  12. Diseñador de sitios web: Tener un sitio en Internet se volvió una pieza un elemento fundamental en la modernidad, y donde en todo el mundo funciona de la misma manera.
  13.  Viaja mientras cocinas, algunos países no se requiere de un certificado para trabajar como cocinero. Puedes llevar la cocina de tu país a distintas partes del mundo.
  14. Ser editor de video, trabajas para los youtubers de todo el mundo, ellos necesitan a alguien que domine la producción y postproducción. 
  15. Sé voluntario, es fácil y grato. Viaja por el mundo mientras ayuda a una noble causa. 
  16. Trabaja como traductor, ya sea para una página de Internet, una empresa o una agencia, los traductores son una pieza fundamental para los negocios. Si tienes la habilidad de hablar idiomas aprovecha y viaja por el mundo mientras ganas dinero.
  17. Cuida casas al otro lado del mundo, parece extraño pero hay gente que viaja demasiado por trabajo o por gusto. Durante su ausencia necesitarán a alguien que cuide su hermoso hogar. Esa persona puedes ser tú. Visita House Carers para más información. 

martes, 8 de noviembre de 2016

¡Interactivo! ¡Se viene el 2017!

¡Elementos prohibidos!





Hay elementos que no se permiten subir al avión en las valijas de mano, y en las que despachas. Es probable, que si alguna de las cosas que mencionemos se encuentren entre tus pertenencias, la aduana te las retire sin dudar.

Algunos ejemplos importantes: 


-Líquidos inflamables.
-Blanqueadores.
-Explosivos.
-Veneno.
-Ácido.
-Patinetas eléctricas.
-Encendedores, si viajas hacia Estados Unidos.
-Armas de fuego.
Además, si tenes dudas sobre algún artículo en particular, podes ingresar aquí. Recuerda que la página está en ingles.




Pasajes y vuelos baratos



Siempre que tenemos ganas de viajar, empezamos a pensar donde conseguir pasajes y vuelos baratos para ir al destino que elegimos. Es muy simple encontrar varias ofertas en paginas de Internet, donde los descuentos abundan. 
Lo importante, es encontrar una página de confianza donde los precios sean realmente buenos; donde haya consejos, alerta de precios, consejos para ahorrar, etc. 
Les dejamos una página web para que puedan encontrar varias de estas características.  

martes, 1 de noviembre de 2016

Crónica de India

Bhārat Gaṇarājya


Muy pocas cosas en la vida dan más satisfacción que viajar y conocer lugares, culturas y sus habitantes; además de ser el mejor libro que uno puede escribir y quizás, una de las mejores universidades al que uno pueda asistir.


Hay un lugar en el planeta en donde reinan las vacas, los matrimonios se arreglan, en las rutas hay vida constante, los sonidos de las bocinas inundan el ambiente, no existe el sentido del tránsito, y el observador se convierte en un objeto extraño; observado.


Alguien me dijo una vez que hay ciudades en el mundo que “abrazan” al que llega. Son esas ciudades en las que uno puede caminar o sentarse a contemplar cómo la vida transcurre lentamente en un lugar que le es completamente ajeno, con costumbres completamente distintas, y en las que, sin embargo, uno se siente tranquilo y bien predispuesto a experimentar simplemente el placer de conocer, investigar y disfrutar nuevos mundos. Con esta vaga idea rondando en mi cabeza, sentada en el Green House Hostel en Bangkok, Tailandia, decidí partir a la India. Busqué el vuelo más barato en la aerolínea IndiGo y pagué mi ticket. Fueron unas pocas horas de vuelo hasta llegar al aeropuerto de Calcuta.




Visa otorgada por la República de India



 Bandera de la República de India


                                                                             ***


Finalmente llegué. Acabo de pisar tierra firme en la tierra de Gandhi, los saris y el asombroso Taj Mahal. Una bocanada de aire caliente golpea mi rostro de repente con una temperatura de aproximadamente 38 grados. El olor que siento es un tanto particular. ¿Quizás sea olor a especias? Es extraño… es fuerte, y me atrevo a decir que no es muy agradable. No es que mi país huela bien, pero este lugar huele totalmente diferente al de cualquier otro de los lugares que he visitado hasta ahora. Pero ya lo sabía; me lo habían dicho. Por lo tanto ahora sí, ahora sí puedo decir: estoy en India. 



Ya pasé la parte más aburrida… migraciones. Parece que mi pasaporte de Uruguay no deja de llamar la atención y ser un objeto extraño en las aduanas. En cada parte de Asia me preguntan de dónde es, si es un país de África, de Europa, o incluso si llega a ser un país. Pero la nacionalidad uruguaya no llega a ser un problema porque nada me detiene, y logro entrar en otro país nuevamente. Ya tengo todo. Pasaporte sellado, mochila cargada en mis hombros, y cámara de fotos en mano. Llevo en mi cinturón de viaje unas cuantas rupias cambiadas, porque imaginé que no iba a encontrar un cajero fácilmente en estos lugares para cambiar dólares. Hay mucho ruido. Mucho. Solo distinto “Ma`m” “Ma´m”. Eso es para mí. Es algo como “madame” “señora”. Quieren que me vaya con ellos en su auto…carrito… o especie más bien de tuk-tuk - rickshaw (famoso transporte asiático que cumple la función de un taxi, pero no contiene puertas, es abierto, con un techito y unas cortinas en los costados… y el que maneja lo hace en una bici que va enganchada al carro). Detrás del volante hay un hombre que no llega a los 40 años, delgado, con ropa ligera y que apenas maneja el inglés. Pero yo le pido que me lleve al centro de la ciudad. Allí es donde mi mapa indica que encontraré hostales para poder dejar mis cosas.


Una de las calles de Calcuta, un día como cualquier otro


Realmente esto es un mundo muy diferente al que estoy acostumbrada a ver. Incluso muy distinto a Tailandia, Malasia, Singapur… Es cierto que el tránsito es una locura; no veo que nadie respete una senda, un semáforo, e incluso el sentido de las vías de circulación. El caudal de sonidos en el aire resulta ensordecedor. Los indios tocan las bocinas de sus vehículos con cada maniobra que realizan. El relax de ir a cincuenta por hora en quinta no es viable. Algo que me estoy dando cuenta y no debo olvidar jamás es que los peatones nunca tienen preferencia, ni en la calzada ni en la acera, cualquier vehículo tiene prioridad sobre ellos. Ahora nos adentramos en una especie de barrio, donde en las veredas puedo ver detenidamente la rutina de algunos indios. Por un lado veo niños sentados en el cordón de la misma cortándole el cuello a las gallinas…vivas. Sigo con mi mirada fija en todos estos comportamientos extraños, y alcanzo a ver una especie de agujero rectangular inserto en la vereda, al que aflora una canilla de hierro oxidado largando agua. Detrás de ella hay cinco personas. Cinco hombres adultos bañándose, con jabón o shampoo… no alcanzo a distinguir que es. Pero se están bañando efectivamente en la calle. En una especie de “bañera colectiva”. Algunos en calzoncillos, otros, desnudos. Todos juntos en ese agujero, compartiendo un pequeño chorro de agua fría. Y se alcanza a ver, flotando sobre la superficie, agua marrón con una espesa capa de espuma blanca. Acciones cotidianas como estas de bañarse, comer, orinar o cocinar, que cualquiera de nosotros, los occidentales tendemos a realizar en privacidad y evitando la mirada ajena, los indios las llevan a cabo a vista de todo aquel que esté dispuesto a observar. Hay centenas de camiones que trasladan en fila mercadería de un lado a otro. Se ven camellos tirando carros, y hombres escuálidos con turbantes que arrean vacas flacas, y mujeres vestidas con saris de colores, algunas de ellas cargando unos canastos de mimbre sobre sus cabezas. Nosotros no nos detenemos, en ningún momento. Parece como si el tráfico fuera fluido, pero estamos haciendo una especie de malabares para meternos entre los autos y carros… y las vacas. Ellas están por todos lados. Son sagradas y no podemos apurarlas, tocarlas, ni empujarlas para que se aparten. Me habían advertido esto de las vacas, que son las verdaderas controladoras del tránsito. Cuando una se atraviesa en el camino, hay dos opciones: intentar esquivarla y seguir viaje, o armarse de paciencia y esperar a que resuelva moverse. Me llama la atención que no son las típicas vacas que estamos acostumbrados a ver, aquellas de manchas negras y blancas, o marrones oscuras con blanco. Éstas son diferentes. Son más delgadas, con un tono beige, una cola bien fina y larga, y una especie de joroba extraña detrás de su cabeza. En unos pocos kilómetros esto es parte de lo que puedo ir apreciando de Calcuta. Escasean los semáforos, abunda la basura en las calles, se superponen los sonidos de bocinan y abundan los mendigos. La vista por momentos rompe los ojos, y esta vez, no por la belleza. Asique bien, mi viaje está comenzando así, de esta manera.


Las calles en Calcuta son vistas de esta manera





Un hombre “tipo” por Calcuta


Llegamos al centro. Luego de caminar unas cuadras conseguí una especie de hostal, barato, pero un poco sucio. Pero no me preocupa, ya no me voy a quedar aquí a dormir. Viajaré por la noche en el primer tren que haya con destino a Agra. No hay mucho para recorrer por aquí, asique haré lo básico y partiré una vez que caiga el sol. 



Los hombres en India no están acostumbrados a ver mujeres con rasgos occidentales, salvo en la televisión. Tampoco mujeres que usen pantalones, o polleras cortas. Yo llevo puesto un pantalón holgado, y una remera de manga corta para que no estén tan al descubierto mis brazos. Pero hace mucho calor. Es inevitable sentirse con un poco de malestar con este intenso calor. Si estuviese en Tailandia estaría de short y musculosa. Pero aquí no se puede. No sería lo mejor. Para ellos las mujeres así, sin saris, son extrañas; resultan exóticas. Siento que muchos de ellos me clavan la mirada con sus ojos color negro y no me dejan de observar hasta que me pierden de vista. Pero así estuve desde el primer instante en que salí del aeropuerto, observada a toda hora y sin posibilidad de pasar desapercibida. Las mujeres aquí, además del sari, llevan un punto de color en la frente, que se hacen por coquetería; otras llevan un punto negro y una raya roja sobre el cuero cabelludo que advierte su estado civil. Estos pequeños rasgos nos diferencian ampliamente unas de otras mujeres. Por otro lado, en la India, una joven tiene posibilidades de conseguir pareja con mayor o menor rapidez según el color de su piel. A los hombres les resultan más atractivas las mujeres de tez clara, y difícilmente una chica con esta característica llegue soltera a los 25 años. En cambio, las que no tienen la piel clara –que son la mayoría– hacen todo lo que está a su alcance para conseguir aclarar su piel. Es por ello que nosotras las occidentales les llamamos tanto la atención, por nuestra tez clara, y en mi caso, el color del cabello, rubio. 




Mi vestimenta para circular por la India.